lunes, 8 de abril de 2013

«Santiago Tafall (1858-1930)». Breve acercamiento a la vida del ilustre canónigo compostelano, publicada en Jóvenes Investigadores 2009; Salamanca, Colección Cuadernos INICE, 2009; pp. 155-159. ISBN 978-84-934360-8-7.


Santiago Tafall (1858-1930)

Beatriz Cancela Montes

Santiago Tafall nace el 31 de enero de 1858 y fallece el 10 de octubre de 1930 en Santiago de Compostela, ciudad a la que permanecerá vinculado toda su vida. El entorno familiar propiciará la férrea educación de D. Santiago y ayudará a configurar su trayectoria: su padre, Mariano Tafall, fue un importante organero; su hermano mayor, Rafael, destacado organista en Mondoñedo y más adelante en Compostela; al igual que sus tres hermanas que, además de poseer conocimientos musicales, contrajeron matrimonio con influyentes hombres de la sociedad santiaguesa.

En el año 1869 figura matriculado en el Instituto de Segunda Enseñanza de Santiago, que lo llevará, tras adquirir el título de Bachiller en Artes, a ingresar en la facultad de Derecho de la Universidad Literaria de Santiago, sin llegar a concluir dicha carrera. Finalmente, se licenciará en Teología en el Seminario Conciliar.

Musicalmente se educa en la capilla de música de la catedral, como niño de coro primero, para pasar a desempeñar en 1873 el cargo de segundo violín meritorio. Desde 1877 hasta 1881 asume el puesto de primer violín, año en el que oposita al cargo de organista de la catedral, hasta 1895, momento en el que obtiene, también por oposición, el título de maestro de capilla. Va más allá cuando en 1898 se le concede el título de Capellán de la Capilla Real de los Reyes Católicos de Granada.

Pese a que su vida está principalmente ligada a la catedral, Santiago Tafall fue un hombre de su época, compaginando su trayectoria religiosa  en la basílica con la participación en la música civil de la Compostela de finales del XIX y principios del XX.

Fue muy apreciado como intérprete instrumental. La prensa de entonces habla de un joven Tafall, ya famoso violinista a la temprana edad de catorce años y que a partir de 1874 será citado, principalmente, como componente del cuarteto de cuerda “Sociedad de Conciertos”, formado por músicos de la capilla, y que sufrió importantes modificaciones en la plantilla a lo largo de su existencia. Esta agrupación fue asaz relevante en Compostela, ya que además de participar en conciertos acompañando a destacadas figuras de la música, propició el acercamiento de la música europea, totalmente desconocida en Galicia, como ocurrió con Haydn, a través de sus cuartetos.  Pero será a partir de 1881 (momento en que es nombrado beneficiado organista en la catedral) cuando esta faceta de intérprete instrumental civil es prácticamente inexistente en Santiago Tafall.

Desde 1876 consta censado como profesor de música, y a partir de 1877 lo encontramos entre los primeros profesores de la Escuela de Música creada en torno a la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Santiago, junto con otros ilustres músicos de la catedral. Permanecerá ligado a esta institución, bien impartiendo clases (hasta 1883), bien asistiendo como tribunal en los exámenes o en la Comisión Curadora, hasta 1891.

Asimismo, también dejará su impronta en el Seminario compostelano, haciendo frente a la asignatura de canto gregoriano y ejerciendo un importante papel en la organización y coordinación de veladas literario-musicales.

Tanto en la Escuela de Música como en el Seminario, nuestro músico propició la creación de agrupaciones musicales: la Nueva Orquesta de Jóvenes y la Sociedad Coral Eslava (vinculados a la Sociedad Económica) y un orfeón y diversas agrupaciones instrumentales y vocales en el Seminario. Los primeros participaban activamente en otros eventos de la ciudad, ajenos a la Sociedad Económica. En cambio aquéllas agrupaciones vinculadas al Seminario se limitaban a actuar exclusivamente en este estamento.

Composiciones musicales.

El grueso de la obra compositiva está constituido por obras religiosas, conservadas en el archivo de la catedral de Santiago. Estas obras se circunscriben en torno a 1895, año en el que asume el cargo de maestro de capilla, y llegan hasta la segunda década del siglo XX. Este corpus está formado por misas, oficios, salmos y magníficats, motetes e himnos, entre otros, y destinados a ser interpretados en la basílica por la orquesta de la capilla. Pero como hemos comentado anteriormente, su labor no se limitó a este organismo, también en el Seminario Conciliar se han hallado algunas obras, principalmente vinculadas a las veladas: un motete, un resposorio, un minueto, una alborada, un himno y dos representaciones escénicas. La plantilla musical del Seminario no era fija, habiendo obras para conjuntos variados: para masa coral, órgano, agrupaciones de bandurrias y guitarras, etc.

Recientemente se han hallado dos obras significativas de Santiago Tafall, se trata de dos himnos conmemorativos: uno compuesto para la celebración de los cincuenta años de creación de la Escuela de Música de la Sociedad Económica y el segundo de ellos es el himno destinado a la Exposición Regional de Galicia, celebrada en Santiago en 1909, interpretado recientemente para rememorar el centenario de este certamen.

Finalmente, en el Convento de San Pelayo se ha encontrado un importante foco de documentos de la familia Tafall. Hay obras para violín pertenecientes a Santiago, así como creaciones de su padre, Mariano.

La prensa ha ayudado a dilucidar el extenso corpus de composiciones del compostelano, añadiendo obras que, aunque no se conservan, nos ayudan a configurar la labor realizada por D. Santiago Tafall.

Musicólogo y folklorista.

            La obra publicada de este autor está comprendida entre los años 1883 y 1930. Está formada principalmente por artículos en torno a la música popular gallega, a la historia de la capilla de música de la catedral y al estudio de la música medieval, basándose en obras pertenecientes al Códice Calixtino, así como hallazgos recientes de su época, como fueron las cantigas de Martín Codax. Pero si acudimos a los datos proporcionados por los periódicos de la época, un gran número de conferencias que realizó en la ciudad gallega, en diferentes instituciones, atestiguan que Tafall no se limitaba a la especialización de estos temas citados, sino que además de estos campos, poseía un vasto conocimiento de la historia de la música en general.

            Otro aspecto muy importante es aquél referido a la reforma religiosa que se había emprendido a finales del s. XIX, y que se concreta en 1903 con la promulgación del Motu Proprio de Pío X. En este sentido, alegar la relevancia que tuvo D. Santiago en su implantación en Galicia. Acudió y participó en importantes congresos religiosos nacionales, como el acaecido en Lugo en 1896, en Barcelona en 1912 o en Vitoria en 1928. Como vemos, estaba al tanto de todos aquellos temas concernientes a la reforma religiosa, llegando a publicar un tratado de canto gregoriano[1] que se utilizaba en el Seminario Conciliar, donde impartía clase de esta materia.

            Por otra parte, llevó a cabo labores de recogida de material popular por diversos pueblos gallegos y mantenía un importante trasiego informativo con destacados personajes como Perfecto Feijoo, Ramón de Arana, o a nivel nacional, con Pedrell. En este sentido, también participó en el proyecto emprendido por Casto Sampedro, de elaboración del Cancionero Musical de Galicia, asesorando y aportando obras para su inclusión. Como folklorista, Tafall establece un nexo de unión entre el canto gregoriano y la música popular gallega. Teoriza sobre el origen medieval de la música gallega en ese afán de otorgar una base sólida a la cultura popular, integrándose en el discurso regeneracionista que estaba imperando en estos años, impulsado por los nacionalismos periféricos.

 

 




[1] Tafall, S.: Tratado de canto gregoriano y mixto conforme a los trabajos de restauración recientemente emprendidos para la interpretación de las melodías litúrgicas; Santiago de Compostela, Imp. del Seminario Conciliar Central, 1891.

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